• Home
• Blog
• El futuro de las criptomonedas: ¿Moda pasajera o inversión a largo plazo?

El futuro de las criptomonedas: ¿Moda pasajera o inversión a largo plazo?

Seguro que alguna vez te has parado a pensarlo. Seguro que tú también te has dado cuenta de que en las últimas dos décadas el mundo ha cambiado más que en los últimos 100 años. Y sí, es real.

Si te paras a pensar por un momento en cómo era el mundo hace 20 años, seguro que muchos de los objetos que utilizas en tu día a día y las apps sin las que no podrías vivir hoy en día, ni siquiera existían. ¿Pero sabes qué es lo más interesante? Que no hace falta echar la vista atrás 20 años. Con 5 es más que suficiente.

El ritmo de las cosas y el avance tecnológico es vertiginoso. Prácticamente para cuando nos acostumbramos a la nueva tecnología, ya ha salido una que la ha dejado obsoleta. Hay quien dice que vivimos en el futuro. Y puede que tengan razón.

Pero hoy no queremos hablar de eso. Queremos hablar, precisamente, de ese tipo de avances tecnológicos que parecen revolucionar para siempre las cosas y que, al final, se quedan en agua de borrajas. No terminan de cuajar, vaya.

Los aviones supersónicos, hacer la compra apretando un botón o recibirla en cuestión de 10 minutos parecían haber llegado para cambiar nuestro día a día y, al final, el día a día acabó con ellos. Estos son solo algunos ejemplos de ese futuro que no terminó de cuajar. Pero hoy queremos hablarte de otro que puede seguir su estela: las criptomonedas.

El debate está abierto. Y es que las criptomonedas llevan relativamente poco tiempo entre nosotros y su impacto es real. Pero la duda es: ¿es su alcance realmente tan importante? ¿Han llegado para quedarse? Hay teorías para todos los gustos.

En este artículo hemos recogido algunos hechos y datos sobre las criptomonedas para que seas tú mismo el que saques tus propias conclusiones. ¿Son una moda pasajera o han llegado para ser la inversión a largo plazo más rentable? ¡Vamos a descubrirlo!

¿Qué son las criptomonedas?

Si eres uno de los pocos que no ha recibido una charla de alguien experto en este tema en cualquier cena de amigos, empieza a leer aquí. Si, por el contrario, algún cyptobro o cryptosister ya te ha dado alguna masterclass sobre las criptomonedas, puedes saltar directamente a la siguiente sección.

Empecemos por definir qué son las criptomonedas. Nuestra siempre confiable R.A.E. la define como “Moneda virtual gestionada por una red de computadoras descentralizadas que cuenta con un sistema de encriptación para asegurar las transacciones entre usuarios”. O sea, una moneda virtual encriptada.

Al tratarse de una moneda virtual, las criptomonedas no tienen un valor oficial como método de pago. O sea, no puedes utilizarlas para pagar las cosas (o al menos no puedes hacerlo en la inmensa mayoría de países del mundo). Es por eso que las criptomonedas se almacenan en una cartera digital.

Otra forma de entenderlo es que se trata de una inversión en una moneda no oficial. Puedes comprar criptomonedas por un precio concreto y, en función de la situación económica, su valor irá en aumento o se irá reduciendo. Algo así como unas acciones.

Las criptomonedas surgieron como una respuesta alternativa y desregulada al mercado de divisas oficial. Al no estar vinculadas a ningún banco central y estar completamente encriptadas, hacer negocios con ellas es más “fácil” y no está regulado.

En resumen: las criptomonedas han surgido como una divisa paralela, desregulada y libre para invertir en el mundo virtual. Se trata de un sistema de inversiones que permite negociar de forma encriptada y sin el control de ningún organismo oficial. O sea: mercado completamente libre.

Debate sobre las criptomonedas: ¿moda o cambio de paradigma?

¿De dónde surgen las dudas sobre su viabilidad? Buena pregunta. Si bien las criptomonedas supusieron una revolución sin precedentes en el sector de las inversiones y las divisas, las dudas sobre su futuro no tardaron en llegar.

Fueron muchos los que afirmaban ganar miles (y millones) de euros en cuestión de días, sin depender de organismos oficiales y sin regirse por las reglas del mercado público de divisas. Y lo que en un principio parecía ser la gallina de los huevos de oro, pronto empezó a mostrar debilidades.

Países que ponían límites a su uso, inversores que perdían su dinero de un día para otro sin ningún tipo de control ni garantía… El sistema de las criptomonedas empezó a generar dudas y el debate se hizo público: ¿espejismo o realidad?

Si bien llegaron las dudas, también llegaron las voces en defensa de las criptomonedas. Una mayor regulación también supuso una mayor aceptación por parte de instituciones e incluso algunos estados. Entre otras cosas, parecía que las criptomonedas empezaban a asentarse y oficializarse entre nosotros.

¿Entonces? ¿Fue un boom con las horas contadas o ha sido una revolución que ha necesitado tiempo suficiente para encontrar su sitio? A continuación repasamos algunos de los hechos que rodean a las criptomonedas y que pueden arrojar un poco de luz sobre este tema.

Sobre el futuro de las criptomonedas

Aquí tienes algunos hechos sobre este cambio de paradigma en el sistema de divisas, algunos cambios que han experimentado las criptomonedas en los últimos años y, también, reflexiones que pueden ayudarte a entender mejor su situación y su alcance.

Como siempre en el mundo de las finanzas, no hay una verdad absoluta. Habrá quien lo vea todo negro y habrá quien lo vea como una gran oportunidad. Todo depende de la visión personal de cada uno y cientos de factores macroeconómicos y sociales que se escapan de nuestro control.

Pero en Moneyman lo tenemos claro: ¡la información es poder! Así que nada mejor que conocer algún que otro dato sobre las criptomonedas para hacerse una idea sobre lo que les depara.

Tecnología disruptiva con cambios reales y tangibles en el sistema financiero

Lo que es innegable, es que la tecnología detrás de las criptomonedas (también conocida como tecnología blockchain) ha tenido un gran impacto. Y no solo en el sector financiero. También en todo lo que respecta al desarrollo de herramientas tecnológicas.

Finanzas, salud, logística… Una tecnología tan innovadora no puede, simplemente, desvanecerse. Si bien sus características y los detalles de su funcionamiento pueden variar, un cambio de paradigma como este, tendrá un impacto a largo plazo. Eso es innegable.

Descentralización e independencia en una realidad geopolítica complicada

Vivimos una situación incierta. Conflictos armados que surgen de un día para otro, problemas en los sistemas financieros por culpa de las tensiones, una situación geopolítica cada vez más negativa… Los motivos para creer que el status quo seguirá funcionando, no son muchos.

Y en plan situación de tensiones, las criptomonedas surgen como una opción que, en la teoría, es indiferente a estas situaciones. Su carácter independiente y encriptado hace que este tipo de divisas sean, a priori, más estables. Aunque todos sabemos que la estabilidad no es amiga de las finanzas.

Progresiva aceptación institucional…

Legitimidad. Eso es precisamente lo que más echaba en falta el sector de las criptomonedas. O lo que es lo mismo: reconocimiento oficial por parte de las instituciones y grandes corporaciones. Dejar de ser algo completamente underground.

Y parece que hay gestos que demuestran que esa legitimación se está haciendo realidad. O si no, que se lo digan al país del Salvador. Hace dos años aceptó el bitcoin como moneda e invirtió dinero en ella. Otro paso al frente hacia la normalización de las criptomonedas.

… pero con problemas legales y de seguridad

Pero toda luz tiene su sombra. Y con la normalización y la masificación de las criptomonedas, también surgieron dudas y problemas legales para este negocio. Problemas que llevaron a que su valor cayera en picado y el mercado se tambaleara.

Todo, por una decisión del gigante asiático. Hace casi 3 años el gobierno de China dio un paso adelante y, directamente, prohibió las criptomonedas. El argumento que lanzaron: su amenaza al orden económico y financiero. Un duro golpe para los defensores de este mercado de divisas.

Falta de regulación y volatilidad

Lo que para muchos es un punto a favor, también puede ser una amenaza para las criptomonedas. Y es que la falta total de regulación ha derivado en una gran volatilidad de este mercado. Un mercado que no cuenta con ninguna garantía.

¿Eso qué significa? Que se trata de un mercado solo ante el peligro. Si en algún momento, sus cimientos se tambalean y cae, no habrá nadie para recogerlo. Aunque su impacto pueda ser devastador, nadie podrá ayudar a que se mantenga a flote.

Escasa aceptación entre los usuarios comunes y corrientes

Al fin y al cabo, ¿cuántas personas conocemos realmente que cuenten con criptomonedas? Salvando a ese par de amigos y conocidos que invierten en este y otros muchos mercados, no son muchos. Y es que las criptomonedas no parecen gozar de tanta fama como muchos creen.

Su penetración es muy baja en la sociedad. Son pocos los que apuestan por ellas y los que lo hacen no buscan jugarse todo su dinero en este negocio. Se trata de un negocio paralelo, algo en lo que probar suerte. Sin grandes implicaciones.

Amenazas de seguridad

Por último, pero no menos importante: ¿qué pasa con la seguridad? Todos conocemos las amenazas que existen hoy en día en el mundo virtual. Amenazas que son todavía mayores si hay dinero de por medio.

Si bien la tecnología encriptada de las criptomonedas es, de alguna manera, garante de la seguridad, cada vez son más los riesgos. Fallas de seguridad, ataques a nivel internacional… Todo parece indicar que no se trata de un negocio del todo seguro.

¿Moda pasajera o inversión a largo plazo?

Es difícil decantarse por una opción u otra. Al fin y al cabo, nadie puede ver el futuro. Y mientras que nadie tenga conexión con algún oráculo que pueda decirle qué pasará con las criptomonedas, tendremos que conformarnos con sacar nuestras propias conclusiones.

Sea algo puntual o una revolución que ha llegado para quedarse, una cosa está clara: tenemos que estar abiertos a este tipo de innovaciones. Cada vez serán más y más frecuentes. Y si bien duran un mes o una década, es mejor estar siempre al día.