Procrastinar: qué es y cómo cambiar esta actitud puede mejorar tus finanzas

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8 min
Actualizado
28 may 2024
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En esta vida, hay dos tipos de personas. Están los que hacen todo al momento, esos que prefieren no esperar y agarrar el toro por los cuernos desde que saben que tienen que hacer algo. Y luego están los que viven pensando “mejor mañana”, esos a los que dejarlo todo para después les parece la opción más conveniente.

¿Qué es mejor? Bueno, eso depende. Hay quienes funcionan mejor bajo la presión del último día y a quienes esa misma presión les supone una auténtica tortura. Pero también es verdad que el último momento es, muchas veces, fuente de inspiración y muy buenas ideas. Como todo en esta vida, depende.

Lo que no depende de nada es cómo puede afectar ese “mejor en otro momento” a tus finanzas. Y es que aunque pueda parecer que no tienen relación alguna, lo que conocemos como procrastinación y tu gestión del dinero están estrechamente vinculados. Y te lo vamos a demostrar.

En este artículo te explicaremos qué es eso de procrastinar, de dónde surge, cómo afecta a tu relación con el dinero y, lo más importante, cómo cambiar esta actitud en tu día a día. En Moneyman siempre queremos ayudarte a sacar el mayo provecho a tus finanzas y, ¿por qué dejar este tema para mañana si lo podemos repasar hoy mismo?

¿Qué es la procrastinación?

Es una de las palabras del momento. Procrastinar, procrastinador, procrastinación… Seguro que tu entorno no para de hablar de ello y, seguramente, hayas oído estas palabras habitualmente en los medios de comunicación y las redes sociales. Pero… ¿qué significa realmente?

Técnicamente (según la RAE) procrastinar significa diferir o aplazar. O sea, dejar algo para otro momento. Y si bien este término se puede utilizar en cualquier contexto, el uso más habitual es el que se refiere a las tareas pendientes o las responsabilidades de una persona. Procrastinar los quehaceres, vaya.

¿Es una actitud? ¿Es un rasgo de la personalidad? En realidad, la procrastinación es una acción (o inacción, para ser exactos). No podemos decir que una persona es procrastinadora como tal, simplemente procrastina. Pero aunque no se trate de una personalidad o rasgo, sí que puede ser una acción recurrente. E incluso un problema.

Cuando procrastinar se vuelve algo habitual, muchas personas se enfrentan a problemas para salir de esa inactividad. Se trata de un círculo vicioso del que no siempre es fácil salir y que, a medida que pasa el tiempo, puede convertirse en algo más y más habitual. ¿Y por qué pasa esto?

¿Por qué procrastino? Motivos más habituales para procrastinar

Todos procrastinamos. Quien más quien menos, no hay quien se libre de dejar las cosas para otro momento. Y no hay nada malo en ello. La procrastinación puede convertirse en un problema solamente cuando se extiende en el tiempo y es prácticamente imposible evitarlo. Te explicamos por qué puede ocurrir esto:

  • Estrés – A estas alturas de la película todos sabemos que el estrés puede ser un detonante de muchos problemas. Y procrastinar es uno de ellos. Si sufrimos de estrés en nuestro día a día, es muy posible que parte de nuestras responsabilidades nos superen y acabemos por postergarlas eternamente.
  • Falta de motivación – ¿A quién no le ha pasado eso de dejar la tarea que menos le motiva para el final? Pues eso puede tratarse de un problema si ninguna de tus tareas te motiva o, en general, sientes una desmotivación con todo lo que tienes pendiente.
  • Carga extrema de trabajo – Por sorprendente que parezca, muchas personas reaccionan de la forma opuesta a cómo se supone que deberían en el momento de enfrentarse a muchas tareas pendientes. Lejos de tomar cartas en el asunto, se bloquean y empiezan a procrastinar, llevando la situación hasta el extremo.
  • Inseguridad – ¿Te suena eso del síndrome del impostor? Pues también puede jugar un rol importante en la procrastinación. Cuando alguien no se siente seguro haciendo algo o con sus capacidades, puede derivar en dejar prácticamente todo para el último momento y enfrentarse a esa inseguridad el menor tiempo posible.

Qué es la procrastinación

Cómo afecta procrastinar a mis finanzas

Ahora que conocemos algunas de las causas de procrastinar, toca hablar de las consecuencias. En este caso (y como siempre en Moneyman), sobre las consecuencias de la procrastinación en tus finanzas y tu relación con el dinero.

Objetivos imposibles de lograr

Como siempre decimos en Moneyman: la planificación es clave para unas buenas finanzas. Tener unos objetivos claros, un calendario y una buena organización son algunas de las claves para conseguir cumplir con nuestras metas monetarias (y de cualquier tipo).

Por culpa de la procrastinación los planes pueden venirse abajo. En el caso de que ya tengas un buen plan, es posible que te resulte difícil cumplirlo. Postergar fechas, dejar para otro momento las transferencias, empezar a ahorrar el mes que viene… Todas estas decisiones complican seguir el camino predefinido.

Y si todavía no tienes un buen plan, procrastinar no va a serte de ninguna ayuda. El funcionamiento es el mismo que el de cualquier dieta o plan de actividad física: dejarlo para la semana que viene, es autoengañarse. Y lo sabes.

Problemas con tus cuentas

Gracias a Dios que existe la domiciliación de pagos. Porque si eres de los que procrastinan, es altamente probable que de no ser por esta opción tendrías algún que otro problema. Postergar los pagos de tus facturas o tus gastos tiene un efecto negativo evidente, pero no solo puede acarrear problemas con tus proveedores.

Además de no pagar a tiempo, procrastinar tus cuentas puede acabar por convertirse en un problema mayor. Descontrolar cuánto dinero entra y sale de tus cuentas, entrar en números rojos u acabar con problemas en el banco son algunas de las consecuencias que puede acarrear.

Dejarlo todo para mañana con tu dinero es la opción más cómoda. Confiar en que la cosa se solucionará o en que tarde o temprano tus cuentas se equilibrarán sin que tengas que hacer nada no es más que darle la espalda a la realidad. Y como decimos siempre: las cuentas hay que tenerlas claras.

Estancamiento económico

¿Sabías que procrastinar también te puede hacer perder dinero o buenas oportunidades financieras? Pues sí. Lo creas o no, postergar tus decisiones financieras también supone el riesgo de dejar pasar el tren del ahorro o de unos mayores beneficios.

Te ponemos un ejemplo: imagínate que a día de hoy tienes contratada tu conexión a Internet con una operadora concreta. Sabes que no es la más barata. Has visto en la televisión que hay ofertas mucho mejores. Pero lo dejas pasar. Procrastinas el llamar a alguna de esas operadoras y contratar la línea. Consecuencia: estás perdiendo el dinero.

Esto mismo ocurre con inversiones, facturas, oportunidades de ahorro… Dejar pasar las cosas acaba por pasarnos factura y estancarnos económicamente. Al tratarse de decisiones para avanzar hacia mejor, es muy probable que sean las decisiones que procrastinemos. Si no hay urgencia, nunca las priorizaremos.

Consejos y trucos para dejar de procrastinar en tu día a día

Si todo esto que te estamos contando te suena bastante o no quieres que te acabe tocando de cerca, tenemos algunas recomendaciones para ti. Aunque cada persona es un mundo, estos consejos son guías generales para el día a día de cualquiera de nosotros. Si los aplicas, es posible que evites procrastinar (en mayor o menor medida)

  1. Define bien un único objetivo – Muchas veces, actuamos sin tener claro lo que queremos o buscamos. Esto nos hace dar palos de ciego y sentirnos sobrepasados por la situación a la primera de cambio. Si, por el contrario, tenemos claro qué queremos (p. ej. “Ahorrar 2.000 €”), es más fácil no postergar el plan para más adelante.
  2. Sepáralo en diferentes tareas – Muchas veces confundimos un objetivo con una tarea. Una cosa es querer ahorrar 2.000 € y otra muy diferente una tarea para acercarse a ese objetivo. Precisamente por eso, es muy importante dividir el objetivo en tareas realizables por separado (p. ej. “Buscar planes de ahorro” o “Comprar una hucha”.
  3. Divide las tareas en 3-4 por día – Ahora toca ponerlo en marcha. Para ello, ¿qué tal si defines un calendario con diferentes acciones divididas en días separados? De esta manera, tendrás claro las 3 o 4 cosas que necesitas hacer cada día y podrás realizarlas sin sentirte sobrepasado. Y además, tacharlas de la lista te motivará a seguir.
  4. Cíñete al plan – Evita siempre que puedas salirte del plan. Tanto para bien como para mal. De poco sirve hacer todas las tareas en un día si al día siguiente te vas a sentar a procrastinar los siguientes pasos. Sigue al pie de la letra el calendario que has diseñado.
  5. Tómate descansos y no te autoexijas – Todos nos merecemos descansos y algo de calma. Por eso, asegúrate de que tienes momentos para desconectar de tu plan y disfrutar. No sirve de nada pensar constantemente en tus objetivos y castigarte por no llegar a ellos.

En definitiva, lo mejor para no procrastinar es tener un plan realista y realizable. Si no nos exigimos demasiado y somos capaces de ir tachando tareas poco a poco y sin prisa, es más fácil que consigamos lograr nuestros objetivos.

Así que, si tienes un objetivo en mente pero no quieres caer en la procrastinación, ¿qué tal si das el primer paso hoy mismo y montas un plan? ¡Listo! Primera tarea de la lista tachada. Ahora toca la siguiente (y ni rastro de procrastinar).

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