El Estado aprieta pero no ahoga. Como muestra, esta ley, conocida como de segunda oportunidad, creada para no dejar a nadie fuera del sistema, ya que un ciudadano inmerso en una espiral de deudas puede enfrentarse a un destino demasiado incierto.
Se trata de una medida solidaria, claro está, pero también es cierto que un Estado prefiere ciudadanos solventes, activos, que contribuyan con su actividad y el pago de sus impuestos, que a personas tan sepultadas por deudas que quedan anulados para la vida civil.
¿Qué es la Ley de la Segunda Oportunidad?
Antes de conocer más detalles sobre esta ley y cómo solicitarla, acotamos su definición: la Ley de la Segunda Oportunidad en España es un mecanismo legal que permite a personas físicas y autónomos en situación de insolvencia cancelar o renegociar sus deudas bajo ciertas condiciones.
Introducida en 2015, esta ley facilita que quienes no pueden hacer frente a sus obligaciones financieras puedan solicitar un acuerdo extrajudicial con sus acreedores o, en última instancia, recurrir al beneficio de exoneración del pasivo insatisfecho (BEPI), que puede liberarles de sus deudas.
El objetivo es ofrecer una “segunda oportunidad” para que los deudores puedan reemprender su vida sin la carga de deudas inasumibles.
Como ves, se aplica en casos muy ‘desesperados’, por lo que si tus únicas deudas son con el estanco o el chino de abajo, nos tenemos que no podrás encontrar amparo en ella. Veamos en qué casos sí protege al deudor.
¿Qué requisitos hay que tener para la ley de la segunda oportunidad?
Para poder beneficiarse de las medidas de esta ley aprobada en 2015, hay que cumplir requisitos como estos:
- Ser una persona física o autónomo. La ley no tiene en cuenta empresas o personas jurídicas.
- Buena fe del deudor. El solicitante debe demostrar que ha actuado de buena fe, lo que implica, entre otras cosas, que no haya rechazado una oferta de empleo adecuada en los últimos cuatro años y que haya intentado un acuerdo extrajudicial de pagos con sus acreedores. Es decir, que se encuentra en verdaderos apuros y que no tiene alternativa cercana para salir de esa situación.
- Insolvencia. Debe estar en situación de insolvencia actual o inminente, es decir, no poder hacer frente a las deudas.
- Ausencia de delitos. No haber sido condenado por delitos económicos, financieros, sociales, contra la Hacienda Pública o la Seguridad Social en los últimos diez años.
- Esfuerzo previo de pago. Haber intentado pagar las deudas en la medida de lo posible, destinando a ello, al menos, el patrimonio disponible. Cuantas más pruebas documentales de este tipo se puedan aportar, mejor que mejor.
¿Dónde solicitar la Ley de la Segunda Oportunidad?
Así, a priori, siendo claros, no es un procedimiento sencillo. No existe, en la oficina del SEPE de tu barrio, una Ventanilla de las Segundas Oportunidades en la que, en apenas dos gestiones, tengas el trámite encarrillado.
De hecho, es un proceso que requiere tanta burocracia que lo mejor es que contrates los servicios de un buen asesor. ¿No tienes dinero y tienes que endeudarte más para dejar de estar endeudado? Así son las cosas del sistema… Por eso, recuerda que Moneyman te ofrece préstamos rápidos y sin papeleos. A través de la web o llamando por teléfono puedes obtener hasta 1.000 euros que pueden ser claves para salir del bache que atraviesas.
Un abogado puede ayudarte a evaluar tu situación, preparar la documentación necesaria y guiarte a lo largo del proceso. También hay gestorías especializadas en este tipo de procesos y en reunificación de deuda, un proceso que puede ayudarte a enfrentarte con más optimismo a tus problemas financieros y a establecer un plan realista para salir del agujero de las deudas.
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¿Cuánto dura el proceso de la Ley de la Segunda Oportunidad?
Este tipo de procesos en que el beneficiario es una persona cualquiera, un españolito (o españolita) medio, por desgracia, llevan su tiempo. Si bien, como sabemos todos, la Agencia Tributaria no tarda ni un día en cobrarte lo que considera que es suya, otra cosa sucede cuando hablamos de buscar mecanismos para aliviar la carga de deuda de un contribuyente.
Como mínimo, piensa en meses de duración, ya que hablamos de juzgados que tienen que estudiar el caso y resolver, con suerte, a tu favor. ¿Qué hay en juego cuando hablamos de la ley de la Segunda Oportunidad? Nada menos que estos dos logros muy positivos para cualquier economía personal en baja forma:
- Exoneración de la deuda. La cancelación de deudas es una opción para quienes carecen de bienes o tienen bienes cuyo valor es menor que el monto de sus deudas. Con la reforma de la ley en 2022, esta exoneración ahora incluye todas las deudas concursales y las deudas contra la masa. La decisión final sobre la exoneración la toma el juez.
- Liquidación con plan de pagos. Esta alternativa está dirigida a deudores con ingresos elevados o que desean mantener su vivienda habitual. En este caso, se realiza una exoneración parcial de la deuda y se establece un plan de pagos para cubrir el saldo restante.
¿Quién paga la deuda de la ley de la Segunda Oportunidad?
La mejor forma de acabar con las deudas, por desgracias, es pagándolas. Así, esta ley puede lograr, en algunos casos, como dijimos más arriba, que se anule (exonere) la deuda, pero lo habitual es que se cree un plan, racional, realista, con etapas y plazos factibles, para que el deudor, es decir, el responsable de la deuda, acabe con ella.
Y otra pregunta habitual: ¿Qué deudas no se pueden cancelar con la ley de la segunda oportunidad? Aquellas que estén involucradas en delitos quedan fuera de esta medida de amparo. También las relacionadas con la Agencia Tributaria si superan los 10.000 euros, así como deudas contraídas por multas, deudas de Derecho Público y deudas contraídas con la Tesorería General de la Seguridad Social (si superan, como con la AEAT, dicha cantidad).
Conclusión: usa la cabeza a la hora de pedir préstamos y acude a las mejores entidades crediticias.