Las grandes inversiones requieren grandes decisiones. Y esas decisiones no se pueden tomar a la ligera. Desde comprarse una casa o escoger la universidad de nuestros hijos, hasta comprarse un coche.
Hemos crecido con la idea de que comprarse un coche es siempre la mejor de las opciones y, en muchos casos, un objetivo importante de nuestra vida. Pero, ¿y si te dijéramos que cada vez hay más gente que decide no comprar y prefiere alquilar su coche?
En este blogpost te vamos a explicar por qué alquilar un coche es una opción más económica para tu día a día. Además, descubrirás que a través del alquiler te ahorrarás muchos dolores de cabeza asociados a tener un coche en propiedad.
Además del coste total de nuestro próximo coche, es indispensable tener en cuenta todos los gastos que vienen asociados a esta compra. Y no son pocos.
El pago inicial, el seguro correspondiente, los impuestos y hasta todos los controles que tendremos que pasar en los próximos años. A la larga, tener un coche implica un coste total mucho más grande que el valor del propio vehículo.
A través del alquiler nos ahorraremos preocuparnos por la gran mayoría de ellos. En muchos casos tendremos que considerar gastos extra como un seguro, pero de todas maneras el valor total seguirá siendo inferior al de la compra.
Este ahorro también afectará a nuestro tiempo y nuestras preocupaciones. No tener que mantener el coche en perfecto estado o pagar nuestro seguro nos evitará un quebradero de cabeza menos en nuestra vida.
Es muy simple: cuando algo de nuestra propiedad se estropea, es nuestra responsabilidad repararlo. Si no es de nuestra propiedad, no tenemos que preocuparnos de ello.
Todos conocemos esa sensación de pánico cada vez que nuestro coche hace algún ruido extraño o una nueva luz que no conocemos empieza a parpadear. El motor, el aceite, los frenos… Son muchas reparaciones que tarde o temprano acabarán llegando. Y acabarán por costarnos una fortuna.
Con un coche en alquiler, solo nos tendremos que hacer cargo de los posibles desperfectos que generemos durante el periodo que tengamos el coche en nuestras manos. Y si tenemos un seguro contratado, es probable que no tengamos que pagar absolutamente nada.
Existen tantos modelos de coche y tantas funcionalidades diferentes que muchas veces tenemos que renunciar a algunos beneficios por otros. Si nos compramos un coche pequeño y de ciudad, no tendremos la posibilidad de utilizarlo en un entorno montañoso que requiera un 4×4.
Muchas veces esto acaba suponiendo que, a pesar de tener un coche propio, acabemos por alquilar otros que se adapten a nuestras necesidades del momento. Y es que cuando compramos un coche nos “casamos” con un modelo en particular.
Pero si decidimos alquilar, cada coche es una nueva oportunidad: un todoterreno para recorrer la nieve, una furgoneta pequeña para una mudanza o incluso un descapotable para las vacaciones de verano. ¡Hay cientos de posibilidades!
Además, gracias al alquiler tendremos la posibilidad de tener a nuestra disposición coches y funcionalidades de mayor gama a los que estamos acostumbrados. Las empresas de alquiler de coches siempre tratan de tener entre su flota los últimos modelos para atraermás clientes.
Hablemos de la depreciación de los coches. El modelo que hace un año era lo último y nos costó una barbaridad, este año ya no es puntero y su valor ha caído en picado. El mercado automovilístico funciona de esta manera. Es rápido, cambiante e impulsa la renovación constante de nuestro coche.
Cuando somos propietarios vemos que nuestro coche pierde valor poco a poco, sus funcionalidades se van quedando atrás y, en definitiva, va dejando de ser tan útil como lo era antes. Al comprar un coche, tenemos que tener claro que entramos en el juego de la depreciación.
Con los coches en alquiler la cosa funciona totalmente diferente. Los precios de los alquileres van en consonancia con el valor real del coche y podremos escoger uno u otro en función de nuestras necesidades. Básicamente, el valor de nuestro coche siempre estará actualizado.
Sin compromisos a largo plazo. Así es alquilar un coche. Solo pagas por el tiempo que realmente lo utilizas.
Ser propietario acaba por convertirse en una dependencia. Con el objetivo de darle más usos a nuestro coche y amortizar nuestra compra, empezamos a realizar tareas que antes hacíamos caminando o en transporte público, sobre cuatro ruedas. Aunque generamos una falsa sensación de utilidad, en realidad acabamos gastando más dinero del que realmente necesitamos.
Otra de las grandes preocupaciones al tener un coche: dónde aparcarlo. Todos sabemos lo que significa vivir en la ciudad y ser propietario. En la mayoría de casos significa pagar una cantidad muy elevada por una plaza de parking que, con algo de suerte, estará relativamente cerca de nuestra casa.
Este gasto desaparece en el momento que disponemos de nuestro coche solo en los momentos estrictamente necesarios. Los coches de alquiler se encuentran generalmente aparcados en lugares estratégicos de nuestras ciudades. Las estaciones, puertos o aeropuertos suelen ser el mejor lugar para hacerse con uno.
¿Cuántas veces hemos querido visitar una isla o un país extranjero pero no era asequible viajar hasta allí en coche? Seguro que muchas. Viajar por carretera implica ciertas limitaciones que son insalvables.
Los ferrys para moverse entre islas o las largas distancias hacen que conocer ciertos destinos sea poco asequible o realista. De forma general, aquellos que tienen un coche propio tienden a viajar a destinos cercanos y accesibles por carretera.
Si nos decantamos por alquilar, no existen límites. Podemos viajar hasta nuestro destino a través de otros medios como el avión y, una vez allí, alquilar un coche que nos permita conocer la zona cómodamente.
Aunque no se trate de un ahorro económico, esta ventaja supone una libertad total a la hora de planificar viajes y nos permite viajar a destinos menos masificados (y más baratos) a los que el resto de propietarios de coches no puedan viajar.
Por último, una de las claras ventajas económicas de alquilar es no tener que preocuparse sobre qué hacer con nuestro coche una vez que ya no nos interesa mantenerlo.
Vender un coche es, en la mayoría de casos, un problema al que enfrentarse.
Además de la depreciación de su valor, el más que posible ajuste de precio y todo el proceso de venta, como propietarios tendremos que hacernos cargo de muchos costes extra asociados a la venta. Desde una revisión del coche para asegurar al comprador que está en perfecto estado, hasta el pago de tasas e impuestos correspondientes.
Gracias al alquiler, nos olvidamos de procesos de este tipo y nos enfocamos en lo importante: disfrutar del coche y la conducción.
Si todos los motivos que te hemos explicado en este blogpost te han convencido: es hora de pasarte al alquiler. Recuerda que con Moneyman siempre tienes a tu disposición un préstamo de hasta 300 € sin intereses en un mes. Para que puedas arrancar en tu próxima aventura sobre cuatro ruedas, sin agobios ni complicaciones.
¿Cinturones listos? ¡Vamos!
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