Necesito una escapada. ¿Cuántas veces has escuchado (y pensado) esta frase a lo largo de los últimos meses? Seguro que más de uno que está leyendo este artículo tiene algún viaje a la vuelta de la esquina. Y seguro que todos tenemos en mente ya las vacaciones de verano.
Parece que viajar se ha convertido en una necesidad. En algo intrínseco en el ser humano. Pero esto no siempre ha sido así. De hecho, viajar por placer es algo relativamente nuevo. Algo que se remonta solo un par de generaciones atrás.
Y es que viajar de forma asequible no era posible hasta hace pocas décadas. El boom turístico de mediados del siglo pasado, el aumento del poder adquisitivo de toda la población y la llegada del sector low cost fueron los ingredientes perfectos para la fiebre viajera en la que vivimos.
Pero ahora que estamos en una época de incertidumbre económica, toca también revisar bien los gastos relacionados con viajes. El presupuesto se reduce y las posibilidades también.
En este artículo te explicamos una serie de trucos o recomendaciones para que ahorres en tus próximos viajes sin renunciar a la calidad de la escapada. Todo es cuestión de organizarse bien.
Empecemos por destruir un mito: las ofertas de última hora no existen. Es así de simple. Encontrar una ganga con poco tiempo de antelación es casi, casi una misión imposible. Y es que todas las aerolíneas y alojamientos juegan con el factor urgencia.
La recomendación más importante es planificar tus viajes con antelación. Y aunque no existe un tiempo recomendado, nunca hay que dejarlo para los dos últimos meses antes de la fecha. ¿Por qué? Porque todos empiezan a organizar sus viajes en ese momento.
Si tienes claras tus fechas de vacaciones, empieza a mirarlo con tiempo. Haz una búsqueda rápida de las opciones para llegar y para alojarte. Si los precios están demasiado caros, simplemente programa un recordatorio y ve revisando cada cierto tiempo.
La mayoría de aerolíneas, compañías de trenes y alojamientos aumentan el precio de sus servicios a medida que se van agotando las plazas disponibles. Por lo tanto: cuanto más tiempo esperes, más dinero es probable que pagues.
Lo importante es desconectar y disfrutar de la experiencia. El destino es, muchas veces, una cuestión secundaria. Y si no: piensa en aquel viaje del que no esperabas absolutamente nada y resultó ser un recuerdo único.
Además de reducir expectativas (la mayoría de destinos más cotizados acaban por defraudar), dejar la opción de destino abierta puede suponer un gasto muy significativo. Y es que muchas veces encontrarás ofertas mucho más atractivas en destinos que no conocías.
Muchas ciudades menos conocidas, aeropuertos secundarios u hoteles en lugares insospechados esconden sorpresas. Y sorpresas de lo más gratas. Además de ahorrar dinero, te ahorrarás las colas y todas las aglomeraciones de los destinos turísticos del momento.
Antes de darle al botón de comprar, pregúntate siempre: “¿he mirado bien todas las opciones?”.
Muchas veces nos dejamos llevar por la emoción del momento. Una oferta de una aerolínea, un e-mail de descuento de esa cadena hotelera… Todas las oportunidades que nos hacen llegar puede que no siempre sean las mejores opciones.
La clave es comparar precios. Y es demasiado fácil. Hoy en día existen cientos de comparadores de precios no solo de vuelos, también de trenes, alojamientos e incluso actividades en el destino. Te presentamos algunos de los más famosos:
No está al alcance de todos, pero es una opción a tener en cuenta si tu calendario te lo permite. De hecho, es una de las formas más sencillas de ahorrar en tus vacaciones.
Evitar la temporada alta supone un ahorro en todos los aspectos de tu viaje. Transporte, alojamiento e incluso los gastos durante las vacaciones. La demanda baja y todas las empresas necesitan clientes para mantener el negocio (incluyendo restaurantes y bares).
Además de eso, las entradas a muchas atracciones, museos y monumentos tienen un precio menor si los visitas fuera de las fechas más frecuentes.
Es un clásico: llegas a tu destino y te recomiendan que compres un billete en concreto pensado para turistas. Pero… ¿es realmente conveniente para todo tipo de turistas? Antes de comprarlo, piénsalo dos veces.
Muchas veces el destino es pequeño o todo lo que quieres visitar se encuentra concentrado en una zona en concreto. En esos casos, es mejor que te olvides del transporte público y vayas caminando a todas partes.
Dependiendo de tu destino de vacaciones ten en cuenta que el transporte público no es siempre la mejor opción. Ciudades enormes, distancias kilométricas y un tráfico caótico se convierten en una pesadilla. De hecho, hay lugares donde empresas de transporte privado como Uber o Cabify son una opción incluso más asequible.
Sí, lo sabemos. Una parte muy importante de tus vacaciones es la comida. Descubrir nuevos sabores o disfrutar de una buena comida en un buen restaurante es clave para disfrutar de tu escapadita.
Pero, ¿y si exploras también otras opciones? Muchas veces te quedas en apartamentos y no tocas nada de la cocina. Pero algo tan sencillo como un desayuno puede ser igual de rico sin moverte de tu alojamiento.
Y para las cenas cuando estás agotado después de un día de recorrer: pide algo a domicilio. Muchas apps de delivery tienen descuentos en el primer pedido y te permiten conocer nuevos tipos de comida sin moverte del sofá.
Los hoteles dejaron de ser la única opción hace mucho tiempo. Y fueron sustituidos por nuevas opciones (la mayoría de veces bastante más asequibles). ¿Te suenan?
Los hostales son una gran opción. Pensarás que implica renunciar a la calidad, pero no tiene nada que ver con eso. De hecho, muchos hostales ofrecen instalaciones igual de buenas que los hoteles y cuentan con habitaciones privadas a mejor precio. Y también tienen un toque más humano.
Si buscas privacidad, comodidad y sentirte como en casa: busca un apartamento. Muchas personas alquilan su propia casa (o parte de ella) por unas semanas al año para ganar un dinero extra. ¿Lo mejor? Un apartamento totalmente equipado a tu disposición.
Viajar tiene premio. Literal. Y si no que se lo digan a los que siempre que cogen un avión acumulan puntos en la aerolínea y después los convierten en descuentos. O a los que reservan alojamientos y reciben premios por su lealtad.
Darte de alta en los programas de fidelidad o puntos de aerolíneas, compañías de trenes o webs de alojamientos te acabará resultando beneficioso. Aunque el ahorro no sea directo, si tienes paciencia te saldrá a cuenta.
Por último, pero no menos importante, busca los descuentos. No van a llegar directamente a ti. Tendrás que buscar bien en cada museo, cada web o cada atracción. Y si los buscas, los encontrarás.
Descuentos por estudiante, por profesor, por periodista… Revisa bien los descuentos disponibles para diferentes colectivos. Si sois varios, la opción de grupos suele salir a más cuenta.
Hacerse la tarjeta de cliente, registrarse en una web o suscribirte temporalmente a una newsletter pueden ser formas de conseguir algún que otro descuento fácil y rápido. No está de más echarle un vistazo a estas opciones.
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Como ves, existen muchas formas y trucos sencillos de ahorrar en cada viaje que hagas a partir de ahora sin que eso afecte a la calidad de tus vacaciones. Y es que lo importante es seguir disfrutando del destino con la mejor compañía.
Guárdate esta lista para la próxima escapada que vayas a planificar, asegúrate de seguir todas las recomendaciones y, ¡a ahorrar!
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