Las compras compulsivas: qué son y cómo comprar de manera responsable
Es posible que hayas oído hablar de ellas. Y es posible que alguna vez hayas hecho alguna. Las compras compulsivas son una realidad en nuestro sistema consumista y aunque son más comunes de lo que creemos, existe la posibilidad de que evolucionen a un síndrome o trastorno.
En este blogpost te explicaremos qué son, a qué se deben e información clave para que las conozcas mejor y puedas evitarlas.
¿Qué entendemos por una compra compulsiva?
En términos generales una compra compulsiva es aquella que responde a una necesidad irresistible de comprar de forma masiva o precipitada objetos de poca utilidad o directamente innecesarios.
Normalmente, tras realizar este tipo de compras, tenemos un sentimiento de euforia que acaba desapareciendo al poco tiempo y acaba convirtiéndose en un sentimiento de culpa. Suelen venir acompañadas de dudas sobre su utilidad y el gasto que realmente implica.
Ejemplos de compras compulsivas
Seguro que si te paras a pensar podrás identificar algún tipo de compra compulsiva que hayas hecho o que alguien de tu entorno haya hecho. Pueden ir desde aprovechar una oferta de algo que en realidad no necesitas por el simple hecho de que esté rebajado, hasta caer en la tentación de comprar algo típico en el extranjero que sabes que no utilizarás.
Es relativamente común que existan personas con una preferencia a la hora de realizar compras compulsivas. El mundo de la moda, la cosmética o incluso las colecciones son entornos que facilitan desarrollar conductas obsesivas. Y es que son sectores en los que la acumulación de objetos no solo está aceptada, sino que es fomentada por los vendedores.
Si bien todos hemos realizado a lo largo de nuestra vida alguna compra compulsiva, existen personas que debido a su tendencia a este tipo de conductas desarrollan lo que se conoce como Trastorno de compra compulsiva.
¿Existe una enfermedad de compra compulsiva?
No de momento. Aunque no se contempla como enfermedad en los manuales psiquiátricos, sí podemos hablar de un trastorno o síndrome que muchas personas experimentan en su día a día: la oniomanía (del griego onios -algo a la venta- y manía -furia o rabia-).
Este trastorno tiene muchas similitudes con otro tipo de adicciones que, igual que esta, otorgan una gratificación inmediata que acaba por convertirse en un sentimiento de culpa. Y este sentimiento de culpa tiende a solucionarse, de nuevo, a través de la compra.
Esta dependencia de las compras para obtener una sensación de placer o euforia acaba derivando en muchos casos en pensamientos intrusivos en la vida cotidiana que dificultan realizar tareas con normalidad. Estos pensamientos irresistibles acaban por afectar a las relaciones sociales de una persona. Desde su familia, hasta su entorno laboral.
Aunque en un inicio pueda parecer una conducta exclusiva de aquellos con gran poder adquisitivo, este trastorno afecta a personas de todos los niveles socioeconómicos. No importa el origen o la situación económica. De hecho, se estima que casi el 6 % de la población sufre de este síndrome en su día a día. Y de este 5,8 %, aproximadamente el 80 % son mujeres.
¿Cómo se llega hasta este punto?
En general, los expertos han identificado dos mecanismos por los que se acaba desarrollando este trastorno.
El primero de ellos es, simplemente, la costumbre. Y es que muchas personas acaban por realizar este tipo de compras de manera recurrente a través de la repetición de una conducta que al principio resulta muy agradable.
Por el contrario, existe otro grupo de personas que acaban por realizar este tipo de compras debido a la necesidad de evasión de otros problemas personales o psicológicos.
¿Qué hay detrás de las compras compulsivas?
Como en todo trastorno psicológico, existen infinidad de causas para las compras compulsivas. La personalidad, las experiencias vitales y la situación personal son elementos que pueden ser determinantes a la hora de desarrollar un trastorno de este tipo.
Sin embargo, en este caso en particular, los expertos identifican una serie de causas muy comunes entre los afectados. Te las explicamos:
Carencias afectivas o vacíos internos
Tal y como comentábamos previamente, las compras compulsivas son en muchos casos una forma de evasión sobre otros problemas que afectan a nuestro día a día.
Cuando las personas sienten otros aspectos de su vida incompletos, el placer de comprar puede ser un sustitutivo de ese vacío o una forma de redirigir la atención hacia algo fácilmente solucionable.
Obsesión por la apariencia física
Aunque no sea exclusivo a las compras de piezas de ropa o cosmética, gran parte de las personas afectadas por este síndrome tienden a enfocarse en productos que mejoren su apariencia física.
La necesidad de constante mejora y las promesas de productos milagrosos hacen que estas personas busquen soluciones desesperadas a sus problemas de autopercepción.
Baja autoestima y necesidad de aprobación
Las personas de baja autoestima tienden a buscar la aprobación de su entorno para sentirse válidas. Ante esa obsesión por la aprobación, prestan mucha atención a la imagen que proyectan como persona: sus gustos, sus hobbies, su estilo… Esto deriva, muchas veces, en compras compulsivas para proyectar la imagen deseada.
Adicción a la gratificación instantánea
Solucionar problemas fácilmente, satisfacer antojos al momento o recibir críticas positivas sin esfuerzo. Muchas personas buscan siempre una gratificación instantánea que no siempre es fácil de conseguir. Ante la imposibilidad de lograrla, muchos de ellos se enfocan en la compra como fuente de placer.
Educación sin límites
En menor medida, aquellas personas que crecieron y aprendieron a interactuar con el sistema consumista sin límite alguno tienen una mayor facilidad para desarrollar estas conductas compulsivas. Su forma de entender el mundo pasa por adquirir todo aquello quede seen sin pensárselo dos veces y como sabemos, puede volverse en adicción.
Depresión y compras compulsivas
Por último, las personas que padecen una alteración psicológica significativa como la depresión o ansiedad pueden tender hacia este tipo de conductas como vía de escape a su situación emocional. Una vez más, la evasión es el motivo principal para comprar sin parar.
¿Existe un tratamiento?
¡Sí! A día de hoy se llevan a cabo diversos tratamientos para ayudar a las personas afectadas por este trastorno a recuperar una relación responsable con sus compras.
El primero de ellos, que siempre debe ser prescrito por un médico y se reserva para casos puntuales, pasa por un tratamiento farmacológico que ayude a reducir los comportamientos obsesivos.
Por otro lado, existe un tratamiento a través de la terapia conductual que ayuda a los pacientes a recuperar la normalidad y alejarse de las compras compulsivas. Este método se divide en 3 etapas:
- Deshabituación
El primer paso de este tratamiento pasa por modificar la conducta que ha sido interiorizada por la persona afectada. Se trabaja con técnicas cognitivo-conductuales que ayudan a solucionar conflictos internos además de reestructurar la forma de relacionarse con las compras.
- Rehabilitación
En segundo lugar, se pone a disposición del paciente una red de recursos y apoyos que ayuden a recuperar poco a poco una relación responsable con el consumo y garanticen la autonomía para ponerlo en práctica día a día.
- Reinserción
En casos extremos en los que este síndrome ha afectado a aspectos laborales o sociales de una persona, se llevan a cabo procesos para la adaptación de vuelta a su entorno.
Cómo evitarlo en tu día a día
Además de explicarte los detalles detrás de las compras compulsivas, queremos terminar por darte una serie de herramientas para que no caigas en ellas de forma recurrente.
- Planifica con antelación
Preparar una lista con todo lo que necesitas y proyectar tus próximas compras con tiempo te ayudará a no salirte del plan establecido.
- No compres según tus emociones
Triste, feliz, con ganas de celebrar… Evita hacer compras siguiendo impulsos de tu humor y emociones. Recuerda que las emociones van y vienen, pero las compras se quedan contigo.
- Si lo necesitas, ve en compañía
Buscar apoyo es en la mayoría de casos una gran ayuda. Tus familiares o amigos pueden acompañarte a la hora de realizar compras y recordarte tus objetivos.
- Lleva lo justo y necesario
¡Así no habrá tentación! Mantente fiel al plan original de compra llevando el dinero necesario. Ni un euro más, ni uno menos.
- Cuenta hasta 10 antes de comprar
Y por último: reflexiona antes de comprar. Cuando tengas el producto entre tus manos párate a pensar si has cumplido con todos los puntos anteriores antes de pasar por caja.
Siguiendo estos sencillos pasos y teniendo en cuenta todo lo que has aprendido sobre las compras compulsivas en este blogpost, podrás mantener una relación sana y responsable con tus futuras compras.
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