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Planificación financiera para tus estudios superiores: ¿es necesario un préstamo estudiantil?

Dicen que no hay decisión más importante en esta vida que decantarse por una profesión u otra. Y en la mayoría de los casos eso pasa por decidir qué quieres estudiar. La carrera, la universidad o centro superior, la ciudad… No es una decisión cualquiera.

Con cada vez más competitividad en el entorno laboral y una mayor demanda de estudios, es posible que si estás pensando qué estudiar te hayas dado cuenta de algo: cada vez hay más centros de estudios especializados en disciplinas completamente diferentes.

Por si decidir qué estudiar no fuera ya bastante complicado, muchas personas se encuentran con un dilema todavía mayor: cómo financiar sus estudios. Ya sea porque las becas públicas no alcanzan o porque el centro de estudios es privado. Hay que encontrar el dinero necesario.

En este artículo hablaremos sobre una de las opciones más comunes para poder hacer frente a los estudios superiores: los préstamos estudiantiles. Te explicaremos en qué consisten y cuáles son sus ventajas y desventajas en caso de que estés considerando esta opción.

Como ya sabes, en la planificación financiera no existe una solución mágica. Cada caso es completamente diferente así que la recomendación es que estudies tu caso en detalle y evalúes todas las opciones posibles. ¡Está en tus manos!

¿Qué es un préstamo estudiantil?

Vamos directos al grano: un préstamo de estudios, también conocido como préstamo estudiantil, es un tipo de financiamiento diseñado específicamente para ayudar a los estudiantes a pagar los gastos asociados con su educación superior. Desde la matrícula, libros y coste de vida, hasta otros gastos relacionados con la formación académica.

Estos préstamos son una herramienta clave para que los estudiantes accedan a la educación superior cuando no tienen los recursos económicos suficientes para cubrir los costos de manera inmediata. Y los hay de dos tipos.

Préstamos estudiantiles gubernamentales

Los préstamos “públicos” son aquellas opciones proporcionadas por el gobierno y suelen ofrecer tasas de interés más bajas y términos de pago más flexibles en comparación con los préstamos privados.

Préstamos estudiantiles privados

Los préstamos privados, por otro lado, son ofrecidos por instituciones financieras privadas (o sea, bancos y otras empresas de préstamos) y suelen depender más de la solvencia crediticia de la persona interesada.

Ventajas de los préstamos estudiantiles

El objetivo de los préstamos estudiantiles está claro: pagar los estudios superiores. Pero además de eso, ¿cuáles son sus ventajas en comparación con otros métodos de financiación? ¿Qué los hace tan atractivos? Te lo explicamos:

Conseguir acceso a la educación

Los préstamos estudiantiles son la puerta de entrada para muchas personas a los estudios superiores. En un sistema educativo en el que los centros privados cada vez tienen más peso e importancia, resulta complicado acceder a la formación si no se cuenta con una gran cantidad de dinero.

Precisamente por ese motivo, los préstamos estudiantiles suponen una oportunidad. Tanto para aquellas personas que no tienen la posibilidad de escoger centro educativo por cuestiones de puntuación, como para los que desean escoger un centro en específico que esté especializado en la disciplina que les interesa.

Muchos consideran que este tipo de préstamos son un elemento democratizador de la educación superior. Y además, dan respuesta a un sistema de becas públicas que no cubre con toda la demanda existente.

Una inversión para ampliar tus estudios

Cuando pensamos en estudiantes muchas veces nos vienen a la cabeza personas jóvenes, recién graduadas en la educación media y que se van a dedicar por completo a sus estudios. Pero la realidad es bastante diferente. Cada vez hay más otros tipos de estudiantes.

De hecho, los préstamos estudiantiles son un tipo de préstamos que enfocan, en parte, sus productos y servicios en personas activas en el mundo laboral que buscan expandir sus conocimientos y dar un giro a su carrera. Personas que estudian y trabajan.

Normalmente, este perfil de estudiante queda fuera de cualquier sistema de becas ya que cuenta con unos ingresos fijos. Esto hace que se priorice a otras personas interesadas y que sus opciones para pagar los estudios se reduzcan significativamente.

Condiciones favorables y flexibles

Uno de los principales beneficios de los préstamos estudiantiles es que están especialmente diseñados para ese fin. Las entidades financieras que los ofrecen tienen claro que se dirigen a un tipo de perfil en particular. Y les diseñan un plan a medida.

En términos generales, las condiciones de este tipo de préstamos son más flexibles. Esto se debe a que el banco o prestamista asume que el retorno de la inversión como estudiante puede tardar más en llegar. Por lo tanto, las condiciones son más laxas.

Al fin y al cabo, las condiciones de un préstamo estudiantil cuentan con un contexto concreto. Los estudios se alargan en el tiempo, el prestatario necesita más tiempo para recuperar el dinero… Si tienes claro que necesitas el dinero para estudiar, mejor apostar por algo especialmente pensado para ello.

Los primeros pasos de tu historial crediticio

Además de invertir en tu carrera, ¿y si te dijéramos que solicitando un préstamo estudiantil también estás invirtiendo en tu historial crediticio? O lo que es lo mismo: tu historial como buen cliente de préstamos. Tu nota de cara a los bancos.

Una buena gestión de tu préstamo estudiantil supone también una oportunidad para que tu perfil se vuelva más atractivo para futuros préstamos. De hecho, vale más contar con una buena experiencia con tu préstamo estudiantil que no contar con absolutamente ninguna.

Cuentan con soporte institucional

La última de las ventajas de los préstamos estudiantiles y el hecho de que estén enfocados a este tipo de clientes, es que en muchos casos se encuentran respaldados por las instituciones públicas.

Dependiendo de tu ubicación, tu caso y el tipo de préstamo es común que los gobiernos faciliten el acceso a este tipo de créditos para aquellas personas interesadas en realizar sus estudios. Además de eso, los bancos e instituciones que los otorgan son vigilados de cerca. Tu dinero está seguro.

Desventajas de los préstamos estudiantiles

Como en todo lo que rodea a las finanzas: si hay una ventaja, también hay una desventaja. Esto siempre es así. Y como es lógico, existen una serie de desventajas de los préstamos estudiantiles frente a otras opciones. A continuación te las explicamos:

La deuda y los intereses se acumulan

El dinero tiene un precio. Como no podía ser de otra manera, solicitar un préstamos estudiantil significa endeudarse hasta el momento que devuelvas cada euro prestado y todos los intereses por los que firmaste. Nada nuevo bajo el Sol.

Esto, sin lugar a dudas, supone una posible desventaja ante la posibilidad de ir acumulando deuda y tener problemas para hacerle frente. Y es que en época de estudios, resulta complicado encontrar nuevas formas de recibir ingresos. Hay que hincar los codos.

Antes de solicitar un préstamo estudiantil hay que tener claro si podrás hacerle frente o no. Es importante que evalúes tus fuentes de ingresos actuales (y potenciales) y que diseñes un plan a medida para ir devolviendo tu deuda.

Presión financiera durante tus estudios

Seamos realistas: no todos estamos hechos para estudiar bajo presión. Por si toda la carga lectiva no es suficiente, en el caso de pedir un préstamo la presión aumenta. Además de aprobar, hay que encontrar la manera de devolver el dinero.

Precisamente por eso es indispensable contar con un buen plan financiero. Un plan que nos haga sentirnos tranquilos con nuestro préstamo y que no estudiemos con mayor presión. La idea es facilitar los estudios, no complicarlos.

Problemas crediticios

Si además de realizar estudios superiores también tienes otros planes costosos en mente, es posible que este tipo de préstamos sean una desventaja. Hablamos de planes como comprar una casa o reformar la actual.

En teoría, no debería haber problema alguno. Si cumples con las condiciones, tu historial crediticio será impecable. Pero si hay algún retraso o impago, esto puede acabar por afectar al resto de tus proyectos. Si no pagas un préstamo, es posible que no te concedan otro.

Salto forzado al mundo laboral

Por último, queremos hablar de una desventaja que puede tener un efecto negativo sobre el plan inicial de iniciar tus estudios. Y esa desventaja es la “obligación” de lanzarse cuanto antes al mundo laboral para cubrir los gastos asociados al préstamos.

Aunque hayamos realizado los estudios para expandir nuestro conocimiento o especializarnos en una disciplina, es común sentir la necesidad de trabajar lo antes posible y saldar la deuda. En ese caso, el plan original se desmorona.

Explora opciones y no descartes pedir un préstamo estudiantil

Ya lo ves: los préstamos estudiantiles son una opción real, accesible y eficaz de financiar tus estudios superiores. Si estás pensando en métodos diferentes para pagar tu matrícula en esa universidad o en ese curso que tanto te llama, quizás sea una buena idea pedir uno..

De todas maneras, piensa en ti. Tu situación financiera, tus opciones de estudios, otras vías de financiación… Cada caso es diferente y las opciones se multiplican por miles. Pero sea como sea: ¡suerte con los estudios!