Vivir en una comunidad de vecinos y funcionar como un grupo unido a veces conlleva malentendidos y desacuerdos. Un tema común es la aplicación de una “derrama” en las comunidades de vecinos. Una derrama es un tipo de gasto destinado a poner dinero en una especie de “caja común” con el fin de mejorar o arreglar las zonas y servicios comunes.
En caso de que una comunidad de vecinos necesite hacer una obra en una zona compartida, suele ser habitual que una serie de vecinos acuerden una determinada cantidad que todos los vecinos del complejo deben pagar. El problema surge a veces en cuánto se acabará pagando.
¿Qué es exactamente una “derrama”?
Una derrama es similar a una derrama extra en muchos sitios, y también puede llamarse “derrama extra” en algunas circunstancias. La idea es que, aunque los gastos comunes como el mantenimiento y la limpieza comunitaria se pagan a través de la caja de la comunidad, puede que no se haya contemplado que los fondos de la comunidad no sean suficientes para cubrir todos los gastos necesarios.
En ese caso, la comunidad debe votar sobre la necesidad de una derrama y la cantidad que cada uno tendrá que pagar si se aprueba. El dinero extra de la derrama se destinará a la “caja común” para cubrir los gastos extraordinarios.
¿Cuándo se puede solicitar una derrama?
Una derrama puede ser solicitado por el comité de administración o por cualquier lado de la comunidad para cubrir los gastos de mantenimiento, mejoras o limpieza extraordinaria. La votación necesaria, en general, requiere al menos dos tercios de los presentes y los representantes de al menos la mitad del total de propietarios de la comunidad.
Una vez que se ha alcanzado un acuerdo, la comunidad decidirá la cantidad que cada propietario deberá pagar. Los propietarios que no estén presentes en el momento de la votación se consideran conformes con la decisión. A pesar de las opiniones de los morosos que habrían votado en contra de la derrama y consideran que no es justa y que se están vulnerando sus derechos como propietarios, la derrama es legal.
¿Puedo negarme a pagar una derrama?
Como vecino, la primera reacción a la solicitud de una derrama suele ser la reclamación de que es injusto obligar a todos a pagar un gasto extra para el que no están preparados. Especialmente en los casos en que las personas que viven en el complejo no tienen interés en las mejoras previstas.
No es infrecuente que alguien que no está de acuerdo con la derrama se niegue a pagarla. Sin embargo, es importante tener en cuenta que es un acto ilegal no pagar la derrama. La asamblea acuerda las medidas que se tomarán contra los morosos, que suelen ser las siguientes: el corte del suministro de agua a las viviendas o el embargo de las cuentas bancarias y bienes de los morosos.
¿Qué puedo hacer si no estoy de acuerdo con una derrama?
Si realmente cree que la derrama no es necesaria ni justificada, se recomienda que reúnas argumentos para defender su punto de vista y presentarlos con convicción en la próxima asamblea. Si no tienes éxito pero sigues creyendo que tiene motivos para recurrir la decisión, puedes acudir a la administración ante un Tribunal Independiente que intente resolver la controversia.
Es importante tener en cuenta que, mientras se considera la decisión, los morosos deben proceder al pago de la cantidad que se les exigió abonar, o se verán sometidos a las medidas mencionadas de embargo de sus bienes y cuentas bancarias.
La aplicación de derramas en las comunidades de vecinos es legal y justa, ya que la decide la mayoría de los propietarios del complejo. No pagar la cantidad fijada se considera un acto ilegal. Sin embargo, todo el mundo tiene derecho a defender su punto de vista y a recurrir la decisión si considera que tiene motivos legales para hacerlo.
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Derramas en comunidades de vecinos más comunes
Los daños en las infraestructuras comunitarias son algo habitual en las comunidades de vecinos. Las reparaciones más comunes suelen estar relacionadas con el mantenimiento de la infraestructura del edificio, como ventanas rotas, aire acondicionado o problemas de fontanería, así como la pintura y la limpieza de zonas abiertas. También el arreglo de la caldera principal, arreglo de la fachada, hipermeabilización del edificio y bajar el ascensor a cota zero.
Por tanto, es importante ponerse de acuerdo en un mantenimiento lógico y en la sustitución de elementos que se desgasten para mantenerlo todo en condiciones óptimas.
Cuando se trata de reparaciones de daños en una comunidad de vecinos, es importante tener en cuenta algunos principios que ayuden a evitar gastos innecesarios. Definir claramente las responsabilidades de cada uno es el primer paso. Esto significa que cada vecino debe ser responsable del mantenimiento de su propia propiedad, pero también de ayudar en el mantenimiento, la mejora y la reparación de las zonas comunes.
Conocer la estructura de la comunidad y quiénes son los principales responsables de la toma de decisiones, así como inspeccionar regularmente la propiedad, ayudará a evitar daños innecesarios y a mantener los costes de todos a raya.