Hablemos de acrónimos. Sí, de esas palabras compuestas de las iniciales de otro grupo de palabras. Algo así como el resumen de conceptos en un par de letras mayúsculas. El pan de cada día. Y cada día un poco más habituales.
ASAP, TGIF, WIP… La globalización y los, cada vez más comunes, anglicismos tienen algo de culpa. Cada vez recurrimos más a los acrónimos para comunicarnos. Ya sea por pereza, por falta de espacio o simplemente porque es más rápido. Cada vez los usamos más.
Pero esto de los acrónimos no es nada nuevo. De hecho, lleva formando parte de nuestro día a día más de lo que creemos. La cuestión es que, de tanto usarlos, los hemos terminado por incluir en nuestro vocabulario. Los leemos como si fueran palabras.
El DNI, el NIE… Te suenan, ¿no? Y probablemente también te suene el NIF. Lo has visto en cientos de lugares, pero… ¿sabes realmente lo que significa? En este artículo hablaremos largo y tendido sobre este acrónimo tan común y tan desconocido al mismo tiempo. Sobre un concepto que es importante entender y distinguir.
Si, como la mayoría, has rellenado formularios sin entender realmente a qué se referían estas 3 iniciales, estás en el artículo correcto. Sigue leyendo para entender qué es el NIF, para qué sirve y en qué se diferencia de otros acrónimos.
Vamos a empezar por el principio: entender qué es el NIF y a quién le corresponde tener uno. El NIF es un acrónimo que se refiere al Número de Identificación Fiscal. Un número que se utiliza para identificar a nivel tributario tanto a personas físicas como jurídicas. El número que utiliza el fisco para controlarte, vaya.
Las personas físicas o personas naturales son, literalmente, personas de carne y hueso. Todos aquellos ciudadanos que paguen impuestos o tengan que cumplir con obligaciones con la Agencia Tributaria.
El NIF de las personas físicas aplica tanto a ciudadanos españoles con DNI como a ciudadanos extranjeros que residan legalmente en el país (aquellos con NIE).
Por el contrario, las personas jurídicas no son de carne y hueso (aunque estén formadas por personas que sí lo son). Se tratan de “entidades” o “instituciones” que son creadas por una o más personas físicas con el objetivo de cumplir con algún objetivo social (con o sin ánimo de lucro).
Las personas jurídicas son una forma de organizarse legalmente para diferentes objetivos. Abrir un negocio, crear una asociación, iniciar una actividad empresarial… Cualquier figura legal que se cree y registre legalmente.
¿Para qué sirve el NIF? ¿En qué momentos me lo pueden pedir? ¿Es realmente indispensable saber cuál es el tuyo? Aunque no lo parezca, el NIF es un número que tiene muchos más usos de lo que podemos llegar a creer. Estos son los más habituales:
Seguramente te estés preguntando: ¿si es un número tan importante cómo es posible que no me lo sepa? Porque seguramente hasta ahora no lo has necesitado y solamente lo has sustituido por tu número de identidad. Es normal
A continuación te explicamos cómo saber cuál es tu NIF y dónde encontrar este número que es asignado por la Agencia Tributaria.
Existen dos casos diferentes para las personas físicas: aquellas que tienen asignado un número de identidad (DNI o NIE) y aquellas que todavía no disponen de él.
En el primer caso, saber cuál es tu NIF es bastante sencillo. Solo tienes que consultar tu documento de identidad. ¿Por qué? Porque el número coincide. Es por eso que, en la mayoría de casos, nadie es consciente de su NIF. Porque coincide con su número de identidad.
Sin embargo, las personas que todavía no tienen un DNI o NIE (menores de 14 años o extranjeros en proceso de obtención) también pueden solicitar un NIF a la Agencia Tributaria. Para consultarlo, podrán entrar en la web de la Agencia Tributaria o consultar cualquier trámite que hayan realizado en ella (la Declaración de la Renta, por ejemplo).
En el caso de las personas jurídicas, el NIF es todavía más importante. Y es que al crear una persona jurídica y registrarla, su NIF será su principal número de identificación. Se asigna desde cero y no tiene nada que ver con otros números que puedan asociarse a la persona física que la conforma.
Los NIF de las personas jurídicas se componen de una letra que se asigna en función de la actividad, un número aleatorio de 7 dígitos y un carácter de control aleatorio. La forma de consultar este NIF es, de nuevo, en la Agencia Tributaria o en cualquier modelo presentado como persona jurídica.
Tranquilo, es normal que tengas dudas. NIF, CIF, NIE, DNI… Todo acaba por parecerse y, muchas veces, se sustituyen o pueden ser intercambiables fácilmente. Por eso, te vamos a explicar las principales diferencias entre uno u otro.
Sí y no. Tal y como hemos mencionado anteriormente, existen casos en los que el número de tu DNI coincide con tu NIF. Esto ocurre solo en los casos de las personas físicas que dispongan de un DNI vigente en España. En el resto de casos, no es así.
El DNI o el NIE son documentos de identidad. Sirven para identificar a las personas que residen legalmente en el país en muchísimos contextos diferentes. Inmigración, policía, registro civil, padrón… Este número es de uso universal para saber quién eres.
En el caso del NIF, solo es relevante para las instituciones fiscales. Solo se utiliza para saber si tienes todo en orden con el fisco. Y da la casualidad que, ante el uso extendido del DNI o NIE, la Agencia Tributaria también decidió utilizarlo como NIF. Para simplificarlo todo un poco.
¡Que uno existe y el otro no! Y es que desde 2008, el CIF ya no es un número relevante en España. Ya no se utiliza. Aunque mucha gente todavía lo llama así, es cosa del pasado.
El CIF es, digamos, el germen del actual NIF. Se trataba del Código de Identificación Fiscal utilizado por todas las empresas y personas jurídicas para sus responsabilidades y trámites con Hacienda. Pero desde 2008 se decidió eliminarlo y unificarlo con el NIF (también útil para personas físicas).
¡No tienen nada que ver! Si bien es cierto que en muchos países el Número de
Identificación Fiscal se utiliza para todos los trámites relacionados con la Sanidad, la Seguridad Social u otros beneficios del Estado, en el caso de España no es así.
Gracias al NIF puedes pagar tus impuestos, asegurarte de que todo está en orden con Hacienda y disfrutar de los beneficios sociales que eso supone. Pero en el caso de querer gestionar algo con la Seguridad Social, puedes olvidarte de ese número.
A niveles prácticos el NSS es el número que te identifica para cuestiones relacionadas con la salud o subsidios públicos. Se te asigna una vez que te incorporas al mundo laboral (hasta entonces eres beneficiario del de alguno de tus tutores legales) y te acompaña toda la vida. Si todo está en orden con tu NIF, no debería haber problema con tu NSS.
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NSS, NIF, CIF, NIE… A las administraciones les gustan (y mucho) los acrónimos. Los intercambian, los sustituyen, los cambian… Es normal que, a veces, no sepamos bien de lo que estamos hablando. O que directamente no sepamos cuál es el número que nos corresponde.
De todas maneras, a partir de hoy ya tienes algo más claro sobre el NIF. Cuándo es posible que te lo soliciten, dónde puedes consultarlo e, incluso, con qué otro número no tienes que confundirlo. Al fin de cuentas, es un número que te va a acompañar toda la vida. ¡Es mejor que empieces a familiarizarte con él!
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