Seguridad con tu dinero: fraudes financieros comunes y cómo protegerse de ellos
Todo vuelve. Los pantalones pitillos, unas botas de hace años y aprender a coser. Por más que pase el tiempo, que cambien nuestras rutinas y que el mundo evolucione, siempre habrá quien eche la vista atrás y quiera volver a lo antes. A las viejas costumbres.
Una de ellas: guardar el dinero en efectivo. Y debajo del colchón. Aunque no es que sea una moda que esté de vuelta, si que es una idea que a muchos les ha rondado por la cabeza en los últimos tiempos. ¿El motivo? Los fraudes financieros.
Hablamos de esas estafas a pequeña escala que, si no has vivido, seguro que alguien de tu entorno ha sufrido. Fraudes que ponen en jaque la seguridad de tu dinero y, en muchos casos, acaban en robo. Algo cada vez más común debido a la digitalización del sistema financiero.
Las webs, el pago con el teléfono, las claves prácticamente a mano de cualquier persona… La seguridad financiera se ha convertido en uno de los temas del momento. Y es que con el dinero no se juega. Cuando algo tan importante está en riesgo, hay que ponerse serios.
Y si bien los bancos, los comercios y todas las instituciones están tomando cartas en el asunto y dedicando esfuerzos a mejorar la seguridad de tus finanzas, hay una parte de responsabilidad que recae exclusivamente sobre nosotros. Sobre los usuarios.
En este artículo hemos reunido un listado con los fraudes financieros más comunes, explicándote de qué se trata cada uno y cómo funciona. Y para evitar que caigas en alguno de ellos, también hemos incluido una serie de medidas de seguridad que puedes poner en práctica en tu día a día.
Estas son solo algunas recomendaciones generales que pueden ayudarte a protegerte de los fraudes más comunes. Siempre debes seguir al pie de la letra las recomendaciones de tus entidades bancarias y, ante la duda, desconfiar y consultar con ellos. Más vale prevenir que curar.
Los fraudes financieros más comunes
De todas las formas y colores. En todos los lugares y seas quien seas. Los fraudes y estafas financieras son una realidad cada vez más común y compleja. Existen infinidad de formas de llegar hasta tu dinero y, lamentablemente, cada vez son más sofisticadas.
De todas maneras, hay métodos que se repiten con mayor frecuencia. A continuación encontrarás los fraudes más habituales. Puede que alguno te suene o hayas sido víctima de él. Pero en cualquier caso, nunca está de más darles un pequeño repaso.
¡Recuerda! Cada fraude es completamente único. Muchas prácticas que verás a continuación pueden ir acompañadas las unas de las otras o haber evolucionado a métodos todavía más complicados de identificar. Toma esta información como guía.
#1 Phishing
Sin ningún tipo de dudas: el fraude financiero del momento. Seguro que tu banco ya te ha enviado algún mensaje informándote sobre esta práctica tan extendida hoy en día. Su nombre phishing viene, efectivamente, de la palabra fishing en inglés: pescar.
Y es que funciona exactamente igual que la pesca. Los estafadores envían SMS y correos electrónicos haciéndose pasar por instituciones bancarias o comercios oficiales con la esperanza de que alguien pique. Y si picas, te han pescado. A ti y a tu dinero.
Los mensajes que se envían a través de esta técnica tienen un denominador común: la urgencia. Amenazas de seguridad, movimientos extraños de dinero, problemas con tu cuenta… Estos mensajes juegan con el miedo y la amenaza sobre tu dinero para que, sin pensártelo dos veces, hagas clic.
#2 Fraudes con tarjetas de crédito y débito
Quizás este te suene más. Tarjetas duplicadas, compras no autorizadas por ti, cobros acercando el datáfono a tu cartera… El riesgo de las tarjetas de crédito y débito siempre han estado ahí. Pero cada vez son más y mejores.
Con el auge de las compras online, la copia de tarjetas de débito y crédito no ha hecho más que crecer. Problemas en las pasarelas de pago, robos de información en los comercios online… Siempre que pagas con tu tarjeta, asumes el riesgo de sufrir un fraude. Triste pero cierto.
El problema principal surge de que, en la mayoría de los casos, tu seguridad está fuera de tu alcance. Y es que ante webs y comercios que no ofrecen pasarelas de pago seguras como Bizum o PayPal, te arriesgas a que haya algún problema en el pago. Y no hay nada que hacer.
Además de los clásicos, también existen formas más sofisticadas de estafarte sin que te des cuenta. Una de ellas es la tecnología del contactless. Gracias a datáfonos escondidos y esta tecnología, muchos estafadores se acercan a bolsos y bolsillos en lugares abarrotados de gente para que, si hay suerte, alguna tarjeta reconozca el datáfono y se realice el pago sin necesidad de aceptar la compra.
#3 Suplantación de identidad
Muchas veces, lo peor no es que te roben el dinero. Y si no que se lo digan a todas las personas que en algún momento han sido víctimas de suplantación de identidad. Este fraude consiste en robar los suficientes datos personales de una persona como para poder realizar transacciones que acaben costándole dinero.
Imagínate que alguien consigue tener acceso a tu DNI, tu número de teléfono y tu dirección. Aunque no lo creas, la cantidad de compras, contratos y transacciones que se pueden realizar con esa poca información es infinita. Y la mayoría de ellos acaban en tu dinero siendo robado de forma directa o indirecta.
La suplantación de identidad, además de ser un delito grave, también puede ser un problema muy serio. Y es que además de afectar a tu dinero, también puede afectar a tu reputación. En muchos casos, tampoco es sencillo demostrar que la suplantación está realmente ocurriendo.
#4 Ransomware
¿Sabías que pueden secuestrar tus datos? Sí, como lo lees. El Ransomware consiste precisamente en eso. Los ciberdelincuentes consiguen tener acceso a, por ejemplo, tus datos bancarios o tus archivos personales, los encriptan y te piden un rescate para poder recuperarlos.
Normalmente esta técnica afecta a grandes empresas, instituciones o incluso hospitales como el Hospital Clínic de Barcelona. Pero nadie está a salvo. Aunque sea en menor escala, también pueden pedirte un rescate por datos tan personales como tu historial de búsqueda o tus movimientos bancarios.
En general, este tipo de fraudes suelen ser gestionados por las autoridades policiales debido a la gravedad del delito. Siempre es recomendable contactar con las autoridades antes de proceder a ningún pago. Este tipo de delincuentes son muy activos y cualquier dato puede ayudar a identificarlos.
#5 Estafas telefónicas
Por último tenemos las estafas telefónicas. Un tipo de fraude que lleva tiempo entre nosotros pero que está resurgiendo de sus cenizas. Y es que la inseguridad y desconfianza que ahora nos generan los e-mails y los SMS ha hecho que confiemos casi plenamente en las llamadas telefónicas. Y no debería ser así.
El modus operandi varía mucho. Existen cientos de casos con historias diferentes pero, en general, tratan de suplantar la identidad de alguna institución o empresa de confianza. Pero también a personas de nuestro entorno. Un jefe con el que apenas tratamos, un familiar que hace tiempo que no vemos… Todo puede ser.
En general, todas las estafas telefónicas acaban en una transferencia de dinero o una compra que acaba en robo. Siempre que nos solicitan que hagamos algún movimiento de dinero o compra, debemos de desconfiar. Por muy pequeña que sea.
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Cómo protegerse: 5 medidas de seguridad para evitar los fraudes
Lo primero es conocerlos. Ahora que tienes claro en qué consisten los fraudes más comunes, toca protegerse en la medida de lo posible. Lo cierto es que la seguridad total no existe, pero hay mucho que está en tu mano.
A continuación tienes unas recomendaciones generales para evitar caer en fraudes y estafas. Además de tenerlas todas siempre presentes, te recordamos que la mejor estrategia es la siguiente: ante la duda, desconfiar. Notifica a tu banco cualquier indicio de fraude y ellos se ocuparán de comprobar si es una amenaza.
#1 Protege tu información personal
Números de teléfono, contraseñas, datos personales… Toda información sobre ti, vale oro. Y tienes que protegerla siempre que puedas. Además de apostar siempre por contraseñas seguras que combinen letras, caracteres y números, hay más que puedes hacer.
Nunca compartas tus datos. Es así de sencillo. Ante el auge de los fraudes ninguna entidad bancaria te solicitará información sensible sobre ti. Ni tu clave, ni tu contraseña, ni tu número de DNI. Desconfía siempre que te pidan la información completa sobre tu perfil.
#2 Vigila tus cuentas recurrentemente
Estar al día es la mejor manera de identificar algo fuera de lo normal. Si eres de los que nunca revisa su cuenta corriente, deberías empezar a hacerlo. Si compruebas periódicamente tus movimientos es más fácil que veas si algo va mal.
#3 Desconfía de las llamadas, correos electrónicos y SMS
Las apariencias engañan. Y mucho. Los estafadores cada vez emplean técnicas más sofisticadas para hacerse pasar por tu banco u otras empresas. Así que tienes que revisar con lupa todas las comunicaciones que recibas.
Asegúrate de que el e-mail es oficial, que no hay fallos de ortografía o examina los enlaces antes de hacer clic en ellos. El diablo está en los detalles. Y el fraude también.
#4 Toma medidas extra de seguridad
Contrata un antivirus, añade medidas de seguridad en tu teléfono, encripta tus contraseñas siempre que sea posible… Toda precaución es poca e invertir tiempo y dinero en ella suele salir siempre a cuenta.
Otra de las medidas que puedes considerar es asegurarte de que no te conectas a cualquier red Wi-Fi. Aeropuertos, estaciones, hoteles o incluso oficinas son algunos de los principales objetivos de los fraudes financieros.
#5 Conciencia a tu entorno
Tu seguridad no es solo responsabilidad tuya. De hecho, cuidar de los que te rodean también significa cuidar de ti mismo. Y es que en una sociedad tan hiperconectada como la nuestra, una amenaza para alguien de tu entorno también puede acabar siendo una amenaza para ti.
Asegúrate de compartir todas estas recomendaciones con todos los que te rodean y conciénciales sobre la importancia de cuidar su información y sus datos personales. En los fraudes financieros ocurre el fenómeno del efecto dominó: si cae uno, empiezan a caer todos. Es una reacción en cadena.
Desde Moneyman te recomendamos que siempre cumplas con las recomendaciones de tu banco y de las instituciones para asegurarte que minimizas al máximo las amenazas sobre tu dinero. Y si, además, quieres protegerte un poco más, pon en práctica nuestras recomendaciones hoy mismo.
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