Las finanzas son algo personal. No a todos les gusta hablar de su dinero, su sueldo o su situación económica. Es, muchas veces, un tema tabú. Algo de lo que no se hablar. Incluso con tu propia pareja.
Pero precisamente ese secretismo es, muchas veces, un motivo para que la convivencia de una pareja no termine de funcionar. Genera malentendidos, se crean conflictos e incluso acaba por afectar a la confianza de la pareja.
Y es que las finanzas son una parte importante de una pareja. De hecho, afectan a la gran mayoría de decisiones que afectan a ambas partes. Los planes que se hacen, los cambios de casa e incluso los compromisos.
Por ese motivo, hemos preparado este artículo en el que hablaremos sobre la importancia de las finanzas en la pareja y cómo enfocarlas. Llegar a acuerdos, forma de organizarse e incluso consejos para ahorrar juntos.
Ya sea porque tu pareja y tú no estáis alineados en lo económico, o porque estáis a punto de mudaros a vivir juntos: este artículo te interesa. Y es que definir una base financiera clara y justa como pareja es más importante de lo que muchos creen.
Una relación de pareja es, después de todo, una suma de acuerdos entre dos partes. Las rutinas, la forma de comunicarse, las prioridades… Todo consiste en ponerse de acuerdo y encontrar una solución que sea satisfactoria para ambas partes.
Y con las finanzas, es lo mismo. Aunque existe esa visión de que las finanzas de cada miembro de la pareja son cosas exclusivas de cada uno, en la práctica eso no es así. La situación económica y las decisiones de la otra parte afectan directamente a los dos.
Las finanzas en pareja deben ser consideradas como algo común, algo en lo que alcanzar acuerdos. Ya sea cómo pagar el alquiler, cómo dividir las cuentas o cuánto presupuesto tenéis para las vacaciones. Todo lo relacionado con el dinero es importante.
De hecho, la comunicación es el elemento más importante también en las finanzas. La forma de encontrar una solución que beneficie a ambas partes consiste en hablar, hablar y hablar. No hay más.
Todo lo que asumes en tu forma de ver las finanzas no tiene por qué ser así para la otra parte. De hecho, la visión económica de cada persona varía demasiado. Y si no se comunica de forma directa, alcanzando acuerdos, puede derivar en muchos malentendidos.
Como en todas las relaciones personales, cada caso es un mundo. No existe una fórmula concreta que funcione con todo el mundo. Pero sí hay algo indispensable para que la conversación funcione: la sinceridad.
El primer paso para arrancar la conversación es evaluar la situación personal de cada uno. ¿Cuáles son tus posibilidades económicas? ¿Qué te gustaría alcanzar? Definir unos objetivos personales y expectativas de la conversación harán que fluya mejor.
Es importante evaluar las prioridades, expectativas y objetivos en común. De esta manera podréis definir puntos en común y dar forma al proyecto en conjunto. Y en base a ello, coordinar vuestras finanzas.
Otro paso a seguir es compartir la información necesaria y cuáles son los aprendizajes de cada uno a lo largo de su vida. Cuál es el punto de vista del dinero en cada lado. E intentar encontrar los puntos en común entre ambas partes.
Todo esto sin olvidaros de vuestros límites. Tener claro qué no estáis dispuestos a ceder o aceptar es también algo importante (y válido) en una conversación sincera y respetuosa. Porque una relación siempre tiene que respetar los límites personales.
Con todas las expectativas, puntos en común y límites claros, toca hacer números y tomar decisiones. ¿Cómo nos dividimos los gastos? ¿Cuántos viajes al año podemos hacer? ¿Queremos ahorrar para comprarnos una casa? Es hora de trazar un plan.
Volvemos a la relatividad. Y es que no existe una forma “mejor” de llevar las finanzas. Existen formas completamente diferentes que pueden ser la mejor para una pareja en particular (y un completo desastre para otra).
Hay quien divide las cuentas por la mitad, hay quien renuncia a algunos caprichos a favor de un objetivo en común… Todas las fórmulas son válidas siempre y cuando las dos partes estén de acuerdo y se sientan cómodas con ellas.
En cualquier caso, hemos reunido una serie de consejos que pueden ser útiles a la hora de tomar decisiones sobre las finanzas de tu pareja. Y que, si se toman desde el respeto y la sinceridad, funcionan en la mayoría de casos.
Ya sea el 100 % de los ingresos o una parte específica para alcanzar un objetivo en concreto. Una opción muy recomendable es crear un presupuesto en común para aquellas compras y gastos conjuntos.
Muchas personas apuestan por abrir una cuenta conjunta en la que domiciliar aquellos gastos en conjunto o con la que pagar las compras de la pareja. De esta manera, se evitan los malentendidos de quién pagó el qué.
Tener un presupuesto familiar también será muy útil para poder revisar los objetivos en común, el estado de las cuentas y si los acuerdos alcanzados se están cumpliendo o no. Es una herramienta útil para no salirse del plan.
¿Cuántas parejas conoces en las que una de las partes se hace cargo de todo lo financiero y la otra a duras penas sabe qué pasa con su dinero? ¡Error! Es indispensable que los dos tengan algo de responsabilidad en el reparto de tareas.
Esto no tiene por qué significar que ambas partes se responsabilicen absolutamente de todo. Pero es importante que las dos personas estén involucradas en las finanzas y se hagan cargo de algo.
Puede ser que tú te ocupes del alquiler y los gastos y suministros, pero a lo mejor es tu pareja quién se preocupa de los ahorros y planificación de las vacaciones. Los acuerdos son diferentes por parejas, pero siempre debe haber una responsabilidad compartida.
¿Y si pasa algo? Se rompe algo en casa, toca mudarse por sorpresa o alguno de los dos pierde el trabajo… Como en la finanzas en general, cuando estamos en pareja es importante tener algo de dinero por si las cosas se tuercen.
Todo dependerá de los acuerdos que hayáis alcanzado como pareja. Si separáis vuestras finanzas por completo, el fondo de emergencia será menos importante.
Pero, si por el contrario, habéis decidido unificarlas este fondo es indispensable. El principal beneficio de un fondo de emergencia es que, en caso de utilizarlo, ambas partes estarán de acuerdo en ello. En el caso de no tenerlo y tener que recurrir al dinero de la otra parte, es posible que surjan malentendidos o desacuerdos.
Las relaciones cambian, las situaciones económicas también y las prioridades se vuelven otras. Y precisamente por eso es importante tener la conversación sobre finanzas una y otra vez.
Como todo en pareja, es importante revisar nuestros acuerdos y cuáles son las prioridades de las dos partes. Es posible que se mantengan en el tiempo, pero también puede haber un cambio importante que necesita ser consensuado.
Desde Moneyman os recomendamos que repitáis la conversación cada cierto tiempo para entender cómo avanzan vuestras finanzas (y si estáis alcanzando los objetivos), pero también si seguís alineados como antes.
Quizás se trate de uno de los retos más comunes en una pareja actual. Encontrar una forma de ahorrar juntos y lograr los objetivos comunes. Y es que no es algo que nos hayan enseñado a coordinar.
Todos tenemos nuestra propia forma de ahorrar para lograr nuestros objetivos. Y si no lo logramos, somos los únicos afectados por ello. Pero… ¿qué pasa si no logro ahorrar y eso afecta a mi relación? La cosa cambia.
Por eso, te presentamos un par de fórmulas para ahorrar en pareja. Son métodos comunes que, además de funcionar por separado, te pueden ayudar siendo dos personas. Y si los sigue a rajatabla, podréis lograr los objetivos.
Es posible que hayas oído hablar de este método japonés para ahorrar. Consiste en llevar un diario de gastos y ahorros para controlar las finanzas. En él se incluyen los objetivos y los hábitos de consumo.
Gracias al seguimiento de todos los gastos entenderéis mejor vuestros patrones financieros y os podréis organizar todavía mejor.
Otro método interesante para ahorrar en pareja consiste en dividir los ingresos en 3 bloques diferentes con un porcentaje diferente. El 50 % se destina a gastos básicos (vivienda, suministros, alimentación…), el 40 % a gastos opcionales (ocio, moda, etc.) y el 10 % restante se destina a ahorros.
Este método es especialmente interesante si compartís el 100 % de vuestros ingresos y tenéis unas cuentas comunes para organizaros. De esta manera, organizaréis vuestro dinero como una sola unidad.
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Como puedes ver, administrar las finanzas de pareja pasa casi por completo por una cosa: hablar con sinceridad y transparencia. Esa es la clave de que la fórmula funcione. Sea cuál sea el método que decidáis aplicar.
Seguid estos pasos a la hora de coordinar vuestras finanzas y veréis como, si estáis bien alineados, ahorrar se vuelve más fácil. Y también os ahorraréis problemas y malentendidos.
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