¿Qué es el seguro de Responsabilidad Civil y cuales son sus coberturas?
El seguro de Responsabilidad Civil tiene, como principal cometido, proteger a la persona que firma la póliza, es decir, el asegurado, de posibles daños que se puedan a causar a terceros, de manera involuntaria.
Este seguro cubre las espaldas al asegurado en el caso de que, ya sea por despiste, accidente, mal uso o una acción desafortunada. Una seguridad que, bien mirado, no tiene precio (aunque cuanto más económico, mejor) en cuanto que permite dormir tranquilo al asegurado.
Podrá irse de vacaciones, por ejemplo, sin pensar que si sea cae el aparato del aire acondicionado, con la mala fortuna de herir a un peatón, por un anclaje deficitario o por culpa de una fachada demasiado vieja, no tendrá que enfrentarse a sanciones legales ni económicas: ahí entra, y bien está, el seguro de Responsabilidad Civil.
Eso sí, para evitar sustos innecesarios, por muy asegurado que estés, comprueba bien los anclajes de ese tipo de instalaciones…
¿Qué daños cubre un seguro de Responsabilidad Civil?
Antes de desglosar los problemas de los que te libra el seguro de Responsabilidad Civil, conviene señalar que la mayoría de los seguros que se contratan (de hogar y de coche o moto, sobre todo) incluyen, por defecto, la cobertura de Responsabilidad Civil.
Ahí está, por ejemplo, la versión más sencilla de una póliza de seguros, la del seguro de daños «a terceros», que es otra manera de referirse al seguro de Responsabilidad Civil y cuya contratación es obligatoria en España, por Real Decreto Legislativo, en el momento de adquirir un vehículo. Obviamente, pólizas más completas, como la de «seguro a todo riesgo», incluye esta cobertura.
Ahora que sabemos qué es un seguro de Responsabilidad Civil, veamos cuáles son las circunstancias en las que podemos contar con él:
- Daños a la propiedad. Esto incluye daños causados a la propiedad de terceros, como viviendas, vehículos, instalaciones comerciales, muebles u otros bienes materiales. Toda vida en comunidad, en sociedad, puede ser susceptible de generar estos daños, ya sea por despiste o mal estado de la vivienda o la estructura, por un mantenimiento deficiente. También por otro tipo de causas, las relacionadas con la meteorología (sin caer en las de fuerza mayor, que son capítulo aparte), como exceso de humedades, por ejemplo, o goteras causadas tras una gran lluvia, con el consiguiente perjuicio en los vecinos.
- Lesiones corporales. El seguro de Responsabilidad Civil puede cubrir los gastos médicos, la pérdida de ingresos y otros costes asociados a lesiones físicas sufridas por terceros debido a las acciones del asegurado. Por ejemplo, si el piso de un asegurado sufre un incendio y hay vecinos afectados, con quemaduras en la piel, o sufren los efectos de inhalar el humo y deben ser ingresados en el hospital, el seguro de Responsabilidad Civil puede cubrir (aunque habría que leer la letra pequeña) esos gastos.
- Muerte accidental. En caso de que las acciones del asegurado resulten en la muerte accidental de un tercero, el seguro de Responsabilidad Civil puede proporcionar cobertura para los costos asociados con el fallecimiento, como gastos funerarios y compensación a la familia del fallecido. Si los protagonistas de Muerte de un ciclista (valga el comentario algo macabro), la clásica y estupenda película de José Antonio Bardem, hubieran tenido un seguro de Responsabilidad Civil, seguramente no se habrían dado a la fuga.
- Daños financieros. Algunas pólizas de Responsabilidad Civil pueden cubrir daños financieros causados a terceros como resultado de errores profesionales, negligencia o incumplimiento de contratos.
- Daños morales o emocionales. En algunos casos, el seguro de Responsabilidad Civil puede proporcionar cobertura para daños morales o emocionales sufridos por terceros debido a las acciones del asegurado. Pensemos, por ejemplo, en las molestias ocasionadas por la actividad del asegurado; un tipo de molestias continuadas, como la de exceso de ruidos; hay jurisprudencia al respecto ‘contra’ profesores de música que daban sus clases en su vivienda, que pueden generar estrés y terapias psicológicas. En ese caso, aunque la tramitación no será sencilla y pueda requerir de abogados, el seguro de Responsabilidad Civil del asegurado (el profesor de piano) cubriría los costes del vecino cansado de la música a deshoras.
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Tipos de seguros de Responsabilidad Civil
Recordemos que el concepto de Responsabilidad Civil, atendiendo a lo que dice el Código Civil en sus correspondientes artículos, se define como aquel que «el que por acción u omisión causa daño a otro, interviniendo culpa o negligencia, está obligado a reparar el daño causado».
Por ello, según la actividad, si la persona es física o jurídica, el tipo daños que se quieren cubrir, etc., existen distintas clases de seguros de Responsabilidad Civil. Señalamos los más relevantes y usaremos para ello el acrónimo SRC para referirnos a Seguros de Responsabilidad Civil:
- SRC para particulares. Se encargan de proteger al asegurado y su familia o convivientes dentro del ámbito privado. Hablamos aquí de seguros ‘clásicos’ como los de hogar o el seguro de coche y motocicleta. Esta cobertura protege al asegurado de los problemas que pueda ocasionar su vivienda, fruto de accidentes, indeseados, pero también pueden cubrir problemas que pueda generar tu mascota. También puede cubrir eventualidades surgidas en actividades deportivas y en otras manifestaciones del mero hecho de vivir en sociedad. Como todos los seguros, cada póliza ofrece condiciones y cobertura distintas, pero en este caso el acento se pone en la persona física y su vida cotidiana, personal y privada.
- SRC para empresas. Un seguro pensado para proteger tanto a profesionales como a empresas de aquellas reclamaciones que puedan surgir tras comprobarse errores, omisiones o negligencia en la prestación de servicios. A diferencia del seguro de Responsabilidad Civil de productos, en este caso se centra en servicios que pueden derivar en malas praxis y que el asegurado contrata para curarse en salud si, por ejemplo, un error en sus cálculos contables provoca que la empresa que asesora como gestor invierta todos sus fondos donde nunca debería haberlo hecho.
- SRC para productos. Si antes hablábamos de servicios y problemas causados en su despliegue, en este caso, el seguro de RC se contrata para protegerse de las consecuencias negativas que pueda causar el lanzamiento de un producto al mercado. Obviamente, un producto no se pone a la venta a sabiendas de que pueda generar problemas pero, ¿qué pasa si un bebé se traga esa estupenda canica fluorescente que has fabricado? Si bien el fabricante advierte de esos riesgos y el etiquetado señala que tal juguete va dirigido a niños de una determinada edad, puede suceder, sobre todo si el desenlace de ese accidente es grave o letal, que el usuario ponga una demanda. En ese caso, un buen seguro de Responsabilidad Civil para productos será de gran ayuda.
Estos serían los más significativos, aunque la lista es larga: SRC ambiental, SRC de eventos, SRC para administradores y directivos, etc. Y, claro está, cada compañía de seguros es libre de crear su particular seguro de Responsabilidad Civil, a medida de las necesidades de los potenciales aseguradores, y ofrecer así nuevas coberturas para nuevas necesidades o para aquellos ámbitos de actuación que no contaban con la suficiente protección.
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